No narra, hace.
No muestra, revela.
No esconde, resguarda.
No decora, transforma.
No responde, pregunta.
Verán entonces, como yo veo, que este es el momento justo, el instante único en el que esta criatura debía ser parida.
Porque así fue concebida, para ir más allá del tiempo y de la fugacidad.
Nacida en la inmaterialidad de una de sus madres y en presencia de la otra.
En este libro aguarda una criatura insondable. Varias historias, un abismo.
Aquí detrás, aguarda un salto al infinito.